Kenzie y Gennaro asumen una tarea en apariencia simple: descubrir el paradero de Jenna Angeline, una mujer de la limpieza negra que, según, ha sustraído documentos confidenciales.
Pero la pareja se entera de que Jenna no posee documentos. Tiene un hijo y un esposo que lideran pandillas callejeras, una hermana enojada y una foto de un político con su esposo en una habitación de hotel. Mientras ayuda a Patrick, Jenna es abatida a tiros. La guerra de pandillas se declara de inmediato y los dos detectives planean vengar a los inocentes y castigar a los culpables.