Brígida y Justino viven en El Espejuelo, un pueblo de la Mancha, junto con sus dos hijos adolescentes: Carlos y Francisca. Mientras Justino le enseña a Carlos el oficio de alfarero para que le ayude en el tejar, Francisca se rebela, abandona a su familia y huye a la ciudad donde encuentra un trabajo en un hotel del puerto. Pero las cosas distan mucho de salir como esperaba cuando el dueño, un hombre casado y con hijos, se fija en ella.
A través de las vidas de Francisca, Carlos, Justino y Brígida a lo largo de los años, el lector es testigo de una emotiva y apasionada historia sobre las consecuencias de nuestros actos y el sacrificio necesario para alcanzar los propios deseos.