Un comerciante carmelitano es asesinado en el cuartel de Colonia, una farmacéutica roba medicamentos con los que se fabrica la Amapola de Creta, en Malángel nadie concilia el sueño porque el ángel malo aún cabalga en las pesadillas.
A partir de los cuadernos de Verónica Sáenz, en Farmakeia se entrelaza una trama coral de carácter histórico y enciclopédico, con fuertes dosis de novela negra, matices románticos y una pizca de autoficción.
La escritura de Helena Corbellini, conmovedora y elocuente, construye un tejido social e histórico que se expande constantemente, en un territorio que podría ser cualquiera de América Latina. Nadie sale incólume después de haber leído esta novela.