Zel guarda una lista de deseos prohibidos en un cajón donde madre no los pueda ver. Va a cumplir dieciocho años y tiene la esperanza de que madre por fin la deje salir al mundo exterior para poder correr campo a través, ver el mar y sonreír a algún desconocido. Pero eso no ocurrirá hasta que un forajido se cuele en su habitación y ella encuentre la ocasión perfecta para escapar. Con un miedo atroz, aunque le reviente el pecho, deja que ese chico larguirucho y sarcástico la lleve a la cuidad donde sentirá el triple de lo que imaginaba encerrada en su habitación. Podrá conocerse más a sí misma a través de Jack y Flyn, los dos ladrones de cajas fuertes que la sacarán de quicio pero la harán cuestionarse todo lo que conoce.
Maldita dulce inocencia.
Una chica sin zapatos que juega a cruzar las aceras,
que reta al tiempo y baila con las leyes,
que sostiene nuestra vida y ni siquiera se la hemos dado.
¿Es posible enamorase de dos personas a la vez?