Ya no era una promesa vaga de algún día, sino algo inminente. Su familia iba a buscarla. Al fin, tras tanta espera, iban a buscarla. A Kiva… pero también a Tilda.
Irían a por la reina rebelde.
Kiva Meridan tiene diecisiete años y ha pasado la última década luchando por sobrevivir en la famosa cárcel letal de Zalindov y trabajando como sanadora.
Tras la captura de la reina rebelde, a Kiva le encargan mantener con vida a la enferma terminal para que se enfrente a los juicios por ordalía: una serie de pruebas elementales contra los tormentos del aire, el fuego, el agua y la tierra asignadas solo a los delincuentes más peligrosos.
Pero entonces llega un mensaje en clave de parte de la familia de Kiva con una única orden: No dejes que muera. Vamos hacia allí. A sabiendas de que los juicios matarán a la reina enferma, Kiva arriesga su propia vida y se presenta voluntaria en su lugar. Si sobrevive, les concederán la libertad a la reina y a ella.
Pero nadie ha sobrevivido a los juicios.
Con una enfermedad incurable asolando Zalindov, un misterioso prisionero que intenta conquistar el corazón de Kiva y un motín en ciernes, Kiva presiente que sus problemas solo acaban de empezar.