Una oportunidad para aprender de otros que abrieron caminos nuevos
y nos animan a la gestación de una sociedad diferente.
En Padre Cacho, cuando el otro quema adentro, Mercedes Clara nos invita a encontrarnos en primera persona con un excepcional e incansable «cruzador de fronteras», hombre-puente, sacerdote, educador, maestro y, sobre todo, eterno aprendiz. Con gran sensibilidad y rigor documental, a través de las voces de los protagonistas, la autora va tejiendo una historia de encuentros –y desencuentros– que cuestionan, desafían, movilizan. Pablo Bonavía en el prólogo destaca: «El gran impacto que tuvo la persona y la experiencia del Padre Cacho no se explica por sus investigaciones académicas, su facilidad de oratoria o los escritos que dejara. Surgió
de su práctica, es decir, de lo que hizo. Incluimos aquí, por supuesto, las múltiples actividades que promovió junto con otros en torno a la construcción de viviendas, la educación, el cuidado de la salud y la organización barrial. Pero creemos que él hizo algo mucho más difícil e importante: cambió de lugar social. Atravesando las despiadadas barreras que impone la sociedad fue adentrándose en los sufrimientos, valores y esperanzas de los excluidos. A lo largo de un itinerario marcado por los temores, tanteos, fracasos y sorpresas fue aprendiendo trabajosamente a situarse “del otro lado” […]. Cacho mostró que las cosas empiezan a cambiar de veras cuando se gesta la reciprocidad: cuando se sostiene y se es sostenido, cuando se enseña y se aprende, se da y se recibe, tanto a nivel personal como grupal». Veinticinco años después de su muerte, el Padre Cacho sigue vivo en el barrio, en los vecinos, en las comunidades cristianas y en la sociedad uruguaya.
En ese sentido la autora afirma: leer esa presencia desde nuestros desafíos y búsquedas colectivas de hoy es una oportunidad para aprender de otros que abrieron caminos nuevos y nos animan a la gestación de una sociedad diferente.