“A tu mujer la conozco pero… oíme… la conozco como uno puede conocer a tanta gente en esta ciudad. Que la conocés de verla mil veces por la calle. Como… como vos me decías que yo te conocía a vos, de la puerta de la escuela. Pero eso no quiere decir que te conozco. Sí por ahí te veo y digo ‘Qué cara conocida’, pero nada más… Rosario es una ciudad chica…”.
El bar El Cairo, inaugurado en 1943 en la ciudad de Rosario y famoso por ser el lugar de reunión de artistas e intelectuales, quedó inmortalizado en el relato “La mesa de los galanes”.
Muchos de los motivos de los cuentos y de los personajes ficticios de Fontanarrosa están inspirados en las charlas que se daban con los muchachos de la mesa, según las propias palabras de “el Negro”.
En estas historias convergen una maestra del rosismo que dio origen a la composición tema “La vaca”; el cadete Lucio Alcides Alzamendi, que perdió la oportunidad de entrar en la historia por culpa de un poeta popular; un cazador de hembras reincidente; un francés “levantador” pero ya en decadencia; un canalla de Pompeya que intenta cumplir un extraño pedido post mórtem de su padre. Todos ellos, comparten y reflejan el culto a la amistad y el compañerismo.