Se entra en La ciudad como en un sueño, con la inquietud y la expectativa, y también el desasosiego propio de no poder decidir qué va a pasar. Se entra en un trance atrapante, aunque libre de casi toda lógica. Esta primera novela de Mario Levrero, profundamente kafkiana, es un laberinto alegórico, una exploración literaria en la que Montevideo es un horizonte de luz al que aspirar en la confusión de un viaje absurdo, el viaje del deber ser de la vida adulta.