Los cumpleaños tardan muchísimo en llegar, pero, por fin, ¡Kai cumple tres años! En casa todos están emocionados: mamá y papá están nerviosos y removidos, y Emma, su hermana mayor, un poco celosa de que él sea el protagonista…¡Cuántas emociones vivirán en un día tan especial!
Un cuento para aprender en familia que las emociones no son ni positivas ni negativas, sino que son como las olas del mar, que vienen y van. Todas son válidas, así que lo único que hay que hacer es aprender a surfearlas.