Justo cuando está empezando a hastiarse de la guitarra y el baloncesto que tanto adoraba, Uenoyama se encuentra con Mafuyu, que está abrazado a una guitarra estropeada. Después de arreglársela, no puede evitar sentir cierta simpatía hacia él. Entonces le oye cantar… y su voz se le clava en lo más hondo del alma…
Natsuki Kizu nos presenta una historia de amor al desnudo que rompe moldes.