Hay sangre en todas y cada una de estas páginas. Cada una podría ser una hermana, un hermano, un amigo.
¿Puede siquiera imaginar tanta sangre, señor Strauss?
La vida de Edgar Strauss no es tal y como la imaginaba antes de mudarse a Edimburgo. Escapando de un pasado que lo atormenta, se ve atrapado entre un trabajo que no le apasiona y un máster en Escritura Creativa que no parece llevar a ninguna parte.
Hasta que entra en escena el apuesto y dolorosamente rico Alec Druiss, con su piel pálida, sus ojos enigmáticos y esa voz que podría hacer que hasta las paredes se derrumbasen. Por un instante, todo parece demasiado bueno para ser cierto. Y quizá lo sea.
Porque cuando Alec desaparece sin dejar rastro, Edgar se ve inmerso en un mundo que no debería existir. Un universo de brujas, vampiros y monstruos; un mundo de sombras que, debajo del nuestro, se ha mantenido separado por un fino velo que durante siglos ha permanecido inmóvil, pero que alberga fuerzas más allá de toda comprensión. Fuerzas que amenazan con romper un orden que muchos han luchado por conservar.