Si abrís este libro como si fuera una ventana, y saltás hacia el otro lado, como hizo Tati cuando conoció a José y su mundo de figuras de papel, serás parte de una aventura llena de personajes entrañables, magia y ternura. Porque del otro lado todo se transforma, incluyéndote a vos. Una grulla se volverá una viejita que adora andar en bicicleta, un hombrecito le dará vida a lo que se te ocurra con piezas de metal, y una muchacha pintará cada cosa que la rodea para que sus recuerdos estén a salvo.
Pero, cuidado, lo que sucede en la realidad no es tan maravilloso, y el tiempo se acaba.
En su primera novela, con una hondura que eriza, Virginia Mórtola vuelve a los niños viejos y a los viejos niños, como si a unos y a otros solo los separara el tallo de una flor… de papel.
Horacio Cavallo