El bullying existió siempre y desde siempre fue considerado cosa de niños, propio de una etapa, parte del proceso madurativo o de vivir en grupo. ¿Es realmente una etapa o es una problemática social que hace estragos alrededor del mundo? ¿Somos conscientes los adultos de la magnitud de la problemática? ¿Qué tanto nos comprometemos los adultos respecto al bullying? ¿Cómo respondemos a ciertas actitudes o reacciones de nuestros hijos? ¿Tendemos a ignorar, a naturalizar o a enfrentar el problema? Es necesario validar como adultos los sentimientos y las emociones de nuestros hijos, eso es lo que hará la diferencia.
Mediante viñetas ocurrentes y reflexiones, Virginia Durán nos lleva a reírnos de nosotros mismos, a mirarnos de frente y revisar nuestras conductas. El bullying empieza por cosas pequeñas a las que no prestamos atención. Es ahí donde podemos generar un cambio. Cuando crece, ya es más difícil detenerlo. Prevenir el bullying es responsabilidad de los adultos.